Nivel B1-B2 (intermedio) de español
Cultura. ¿Cómo se vive la Semana Santa en Sevilla? ¿Cómo se celebra?
Antes de nada, varias preguntas: ¿Has vivido la Semana Santa en Sevilla alguna vez? ¿Qué son esas personas vestidas con capuchas?
La Semana Santa se celebra justo en la semana previa a la Pascua. Se celebra en toda España y se remonta al siglo XII. Durante toda esa semana se ha mantenido la tradición de las procesiones. Y, especialmente, la Semana Santa en Sevilla sigue siendo muy importante.
Se componen por varias cosas, la principal: figuras que representan escenas de la Biblia sobre un paso. Este paso es trasladado y cargado por los llamados costaleros, hombres dispuestos a cargar el peso y darles movimiento.
Ahora no solo los hombres cargan, cada vez hay más mujeres dispuestas a ello.
El objetivo de esta tradición era enseñar al pueblo la vida de Jesús en una época en la que la gente no sabía leer ni escribir.
Sin embargo, la tradición ha perdurado en el tiempo por el valor artístico que conlleva y por tradición religiosa, claro.
En Andalucía, esta tradición se ha hecho fuerte con el paso del tiempo (más que en otras regiones). Durante todas las vacaciones de Semana Santa, las ciudades se llenan de procesiones, distintas entre ellas. Cada hermandad y cada paso representan escenas bíblicas diferentes.
También acompaña el buen tiempo, ya que es primavera y la temperatura es perfecta para poder pasar el día en la calle. Supongamos que visitamos Sevilla durante la Semana Santa y, mientras vamos caminando, nos encontramos con esta imagen:
Nada alentador, ¿cierto? En el mejor de los casos nos damos media vuelta y nos vamos intentando mantener la calma y mirando en el móvil el próximo billete de vuelta a casa disponible. ¡No te alarmes! No tiene nada que ver con la malvada secta del Ku Klux Klan.
Son los nazarenos (o también llamados penitentes) que acompañan a las procesiones y, por tanto, a los pasos de los que hablábamos antes. Normalmente suelen llevar un cirio o vela grande. Este objeto servía antiguamente para alumbrar el camino en la noche.
También, suelen dar caramelos a los más pequeños. ¡Así nadie se aburre!
En esta época del año no solamente disfrutamos del ambiente y la música, también tenemos ricas comidas con la que se nos hará la boca agua, como Hommer Simpson antes de un gran banquete.
Podemos disfrutar de deliciosas torrijas: un plato hecho con una rebanada de pan empapada en leche, almíbar o vino. Después, se rebozan en huevo y se fríe en una sartén con aceite. Una vez fritas, se endulzan con miel, melaza o azúcar y es aromatizada con canela. O los famosos pestiños, el dulce por excelencia de la Semana Santa. Se elaboran con masa de harina, fritos en aceite de oliva y pasados por miel.
Decir que esta fiesta de carácter religioso es peculiar, no sólo en su forma, sino en la manera en la que mucha gente la entiende.
Hay de todo, ¡cómo no! Personas devotas que les representa por la fe que les mueve y personas no practicantes ni religiosas a las que les mueve lo cultural.
Las hermandades, asociaciones que se caracterizan por la relación de afecto y solidaridad que existe entre un grupo de personas o pueblos, como bien lo define el diccionario, son las que cuidan de sus pasos, de sus nazarenos y nazarenas y, en definitiva, de la gente del barrio que quiere unirse. La labor social de las hermandades en los barrios es fundamental, de ahí que lo cultural y la comunidad no sea menos que la propia religiosidad de esta antiquísima fiesta.
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